No quiero decir que ya haya logrado estas cosas ni que ya haya alcanzado la perfección; pero sigo adelante a fin de hacer mía esa perfección para la cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo. No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús. Filipenses 3:12 – 14 (NTV)
Estos versículos fueron escritos por Pablo cuando ya tenía un cierto recorrido en la vida cristiana… Me llama la atención que con todo lo que él había logrado, él no pensó que ya hizo suficiente, o que había llegado… sino que está consciente que todavía está en proceso, que todavía tiene la meta por delante, pero que tiene que hacer algo para no olvidarse de esto…
Cuantas veces nosotros creemos que ya logramos la meta, y nos contentamos con lo que hemos logrado… O puede que, en vez de hacer lo que Pablo hace: olvidar el pasado y fijar la mirada adelante; estamos pensando en el pasado, tanto nuestros fracasos como nuestros logros, y por ende, no vemos que todavía nos falta trecho por andar, y que no hemos llegado, que lo mejor todavía está por llegar. Un atleta que mira hacia atrás fácilmente puede caer o quedarse parado… y por eso perderse el premio…
Por eso te animo a poner la vista en lo que tenemos por delante: Las cosas que Dios todavía tiene para nosotros, pero sobre todo: el cielo, nuestro hogar… Todavía no hemos llegado, vamos por buen camino, pero debemos seguir… ¡no te rindas!
Escrito por: Rebekka Otremba