¿Qué les va a regalar a sus hijos esta Navidad? ¿Un libro de Harry Potter, el último juego de computadora, o alguna prenda de vestir? El regalo que más se recuerda es el mensaje de amor del padre que toma su tiempo en crear un recuerdo especial para sus hijos. El regalo que cuenta es el tiempo. Es irónico ver cómo se tiene tiempo para buscar un juguete por todas partes, pero estamos muy ocupados para compartir tiempo con nuestros hijos. Esta Navidad compartamos tiempo con nuestros hijos, en lugar de ir a 5 tiendas diferentes.
Consejos para encontrar el regalo perfecto para nuestros hijos.
1. Piense acerca de los buenos momentos que ha pasado con su hijo/a. ¿Cuándo se divirtieron más? ¿Acaso fue cuando hicieron un queque para el cumpleaños de algún familiar, o cuando fueron a alguna feria juntos? ¿Su hijo/a le ha comentado de algún día en especial que han pasado juntos? ¿Qué es lo que realmente le gusta hacer a él o a ella?
2. ¿Qué es lo que realmente pueden hacer juntos en ese tiempo? Podrían hacer un queque de algún personaje de las fábulas, comprar los moldes, la mezcla para el queque, y la promesa de hornear uno el primer sábado de cada mes. O, ¿qué tal comprar entradas para el cine y dejar que su hijo/a escoja la película (aunque no le guste ver dibujos animados). Otra opción sería regalarle un libro sobre aves, por ejemplo, si le gusta criar y observar aves, y llevarlo/a a algún lugar donde las críen. Para las niñas que les gusta vestirse elegantes de vez en cuando, una buena opción es ir a almorzar a un restaurante lujoso; o para los amantes de los deportes ir al estadio a ver jugar a su equipo favorito de fútbol.
3. No caiga en la trampa de cumplir con una lista de regalos. A menudo, los hijos se sienten emocionados al recibir lo último de la moda. Pero si el regalo requiere más de su dinero que de su tiempo, ¡es probable que el recuerdo del regalo dure tanto como el tiempo que necesitó usted para comprarlo!
“Amor es lo que se siente en una habitación durante la Navidad si dejamos de abrir los regalos y escuchamos”. — Autor desconocido, atribuido a un niño de 7 años llamado Bobby