“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”
1 Samuel 16:7
Simplemente, Dios no pone el aspecto físico en primer lugar. Él mira la persona interior. El deseo de Dios es que poseamos una verdadera belleza interior. El desea que nos demos cuenta de que Él estuvo involucrado en nuestra creación (Salmo 139.13-15) y que aún sigue involucrado en cada parte de nuestro desarrollo. “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra.”
Salmos 139:13-15
Desafortunadamente, muchísima gente dedica demasiado tiempo y atención a su apariencia exterior y no lo suficiente a su belleza interior. Tú y yo conocemos a personas que son asombrosamente bellas en su exterior y miserables en su interior. Las personas más atractivas que conozco han desarrollado una belleza interior que se irradia aun hacia su exterior y los hace más bellos físicamente.
Escrito por Jim Burns