Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios. ISAIAS 50:4-5
Lo que nuestra boca habla es, en muchas ocasiones, producto de lo que nuestros oídos oyen.
Qué hermoso es saber que Dios puede poner en nuestra boca tanta sabiduría, pero esto depende de qué tanto le escuchamos.
Cada mañana que despertamos debemos estar prestos a que el Señor nos abra el oído, el entendimiento y el corazón para que entendamos su camino y su voluntad para nuestro diario vivir; por tanto, debemos procurar mantener la actitud de seguir su voz y no desviarnos ni mirar atrás, ya que cuando Dios nos habla es para nuestra edificación y para la de aquellos que necesitan de sus dulces palabras.
Hoy es un buen día para dejar que Dios nos hable. Quieres ser sabio? Escucha con atención las palabras del que todo es y todo lo sabe
Bendiciones
Michael Madriz