Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús. Filipenses 1:6
El mensaje de Jesús para el individuo religioso es sencillo: No es lo mismo que tú hagas. Eso lo que yo hago. Tengo que entrar.
Guardar reglas religiosas puede socavar tu fortaleza. Es interminable. Siempre hay otra clase a cual asistir, otro día de reposo que guardar, otro ramadán que observar. Ninguna prisión es tan interminable como la de la perfección. Sus presos encuentran trabajo pero no paz. ¿Cómo la podrían hallar? Nunca saben cuándo han terminado.
Cristo, sin embargo, te obsequia una obra terminada. Él cumplió la ley por ti. Le dijo adiós a la cargar de la religión. Ido el temor de tener, que hacerlo todo, tú podrías no haber hecho suficiente.
Tú subes las escaleras, no por tus fuerzas, sino por las de Él. Dios promete ayudar a quienes dejan de intentar ayudarse.
Escrito por Max Lucado