Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso Mateo 11:28
Cuando Jesús dice: Vengan a mí, no está diciendo vengan a la religión, vengan a un sistema, o vengan a determinada doctrina. Esta es una invitación personal a un Dios, una invitación a un Salvador.
Nuestro Dios no es diferente ni altivo, ni está muy por encima de nosotros como para no ver y entender nuestros problemas. Jesús no es un Dios que permaneció en la cima de la montaña: es un Salvador que bajó al valle y vivió y trabajó con la gente. Dondequiera que fuese la multitud le seguía, atraídas por el imán que fue, y es, el Salvador.
La vida de Jesucristo es un mensaje de esperanza, un mensaje de misericordia, un mensaje de vida en un mundo oscuro.
Escrito por Max Lucado