Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Hebreos 4:15
Cuando sus acusadores lo llamaron siervo de Satanás, Jesús les exigió ver su evidencia. Los desafió: ¿Quién de ustedes me puede probar que soy culpable de pecado? (Juan 8:46, NVI). Pide a mi círculo de amistades que señales mis pecados, y ve cómo se levantan las manos. Cuando se les hizo la misma pregunta a los que conocían a Jesús, nadie habló. A Cristo lo siguieron sus discípulos, lo analizaron multitudes, lo criticaron sus familiares, y lo examinaron sus enemigos. Sin embargo, nadie recordaba que alguna vez hubiese cometido un pecado. Nunca se le encontró en el lugar equivocado. Nunca dijo la palabra equivocada.
Nunca actuó de modo equivocado. Nunca pecó. No es que no fuera tentado, fíjate. ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado (Hebreos 4:15, NVI).
El deseo lo cortejó. La codicia lo atrajo, el poder lo llamó. Jesús el humano- fue tentado.
Pero Jesús él Dios santo- resistió.
Escrito por Max Lucado