Qué alegría para los que no siguen el consejo de malos, ni andan con pecadores, ni se juntan con burlones; sino que se deleitan en la ley del Señor meditando en ella día y noche. Son como árboles plantados a la orilla de un río, que siempre dan fruto en su tiempo. Sus hojas nunca se marchitan, y prosperan en todo lo que hacen. Salmo 1:1-3
Prácticamente todo ser humano, incluidos los creyentes, quieren prosperar… Todos buscan el éxito, la fama y el dinero. El creyente tal vez no busque fama y dinero, pero si el éxito y el querer prosperar de alguna forma… Y como para todo, la Biblia nos da la clave para eso: Deleitarse en el Señor y meditar en El constantemente, de esta forma daremos siempre fruto y prosperaremos en todo lo que hacemos. Si ponemos a Dios en primer lugar en nuestra vida, si lo que más anhelamos es agradarle a El y servirle a El, entonces prosperaremos… Te animo a nunca quitar tu mirada de Dios y siempre tenerlo en el centro de tu vida y en todo lo que haces.
Escrito por: Rebekka Otremba