Opté por no oír nada, y tampoco respondo. Pues a ti te espero, oh Señor. Tú debes responder por mí, oh Señor mi Dios. Salmo 38:14 – 15
Wow, esta actitud de David me sorprende y lo admiro por ello…Lo más fácil ante acusaciones y amenazas, es responder y prestarle atención a lo que dicen. Pero David se hace el de oídos sordos y mudo… ¿Y por qué lo hace? Lo hace porque espera que Dios responda por El… confía en que El actuará en su favor…
¿Cuántas veces nosotros, en la misma situación, le prestamos atención a las acusaciones y hasta respondemos? Quiero animarte (y a mí) a que seamos como David… Poniendo toda nuestra confianza en Dios, descansando en El y confiando en que El responderá por nosotros y de una manera perfecta, mucho mejor de la respuesta que podríamos dar tu y yo. No siempre es fácil, pero tiene su recompensa. Dios siempre tiene la respuesta perfecta.
Escrito por Rebekka Otremba