Circuncidad,pues,el prepucio de vuestro corazón,y no endurezcáis más vuestra cerviz. Deu 10:16  
La Palabra le da una gran relevancia al corazón del creyente. Por ejemplo, se nos aconseja cuidar nuestro corazón, guardarnos de maldad y pecado que le contaminan. Pero también se nos advierte de lo engañoso que puede ser el corazón, ya que en él se integran nuestros deseos y voluntad. Además, el Señor nos da el mandamiento de amarle con todo nuestro corazón; es decir sobre todas las cosas poner al Señor en primer lugar.
A raíz de esto, surge la pregunta ¿Qué clase de corazón tenemos?
Un corazón que ha sido manchado por el pecado, tal vez un corazón que se ha endurecido. Por otro lado, un corazón moldeable a los planes del Señor, un corazón limpio y listo al llamado.
Haz los cambios necesarios!! Quita todo aquello  que contamina y limita tu vida. Clama a Dios y pídele que nos examine.
Bendiciones!!