Así que el Señor dice: «Este pueblo dice que me pertenece; me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí. Y la adoración que me dirige no es más que reglas humanas, aprendidas de memoria. Isaías 29:13
En este pasaje vemos cómo Dios está recriminandole al pueblo el hecho de que su adoración es solo de labios, algo externo, una tradición y costumbre, pero su corazón está lejos de Dios.
¿Será que estamos cometiendo el mismo pecado? ¿Será que vamos los domingos a la iglesia, cantamos las canciones y hasta nos emocionamos, pero nuestro corazón está lejos de Dios? ¿Hacemos todo lo correcto, pero no le entregamos nuestro corazón al 100%? Te y me animo a que realmente le entreguemos a Dios todo lo que somos y tenemos, que no sea simplemente un cumplir, sino que estemos metidos con todo, mente y corazón. Que Dios sea nuestro número uno, nuestra pasión y que nuestro corazón no pueda más que adorarle a cada instante.
Escrito por: Rebekka Otremba