Mirad cual amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios. 1 Juan 3:1
Permíteme decirte quien eres. Es más, permíteme proclamar quien eres.
Eres heredero de Dios y coheredero con Cristo (Romanos 8:17)
Eres eterno, como los ángeles (Lucas 20:36)
Tienes una corona incorruptible (1 Corintios 9:25)
Eres sacerdote santo (1 Pedro 2:5), un tesoro especial (Éxodo 19:5)
Pero mayor que lo mencionado anteriormente, más significativo que cualquier titulo o posición, es el simple hecho de que eres hijo de Dios.
Y de veras que somos sus hijos.
Por lo tanto, si algo es importante para ti, también lo es para Dios.