Rechazaron mi consejo y no prestaron atención cuando los corregía. Por lo tanto, tendrán que comer el fruto amargo de vivir a su manera y se ahogarán con sus propias intrigas. Proverbios 1:30 – 31 (NTV)
Si rechazamos el consejo divino o sabio, cuando no hacemos caso a la corrección y disciplina de Dios, vamos a tener que asumir las consecuencias de nuestros actos y de nuestra vida. Vamos a estar metidos hasta el fondo en lo que nosotros mismos nos buscamos. A veces creemos que Dios nos disciplina por “malo”, por “severo”, etc., pero Dios nos disciplina porque nos ama y porque sabe que si no somos disciplinados, vamos a tener que vivir y asumir las consecuencias. ¿Qué prefieres? ¿”Sufrir” un momento por estar bajo la disciplina de Dios, o sufrir por largo rato por asumir las consecuencias de tus actos? Lo mejor que podemos hacer es hacer caso a las instrucciones, así no tendremos que ni estar bajo la disciplina ni asumir las consecuencias, evitaremos todo eso… Así que, seamos personas que hacemos caso a los consejos divinos, Dios los da para nuestro beneficio, no para hacernos daño.
Escrito por: Rebekka Otremba