Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. Romanos 12:10
El amor que debemos tenernos unos a otros fue un mandato de Jesús, como algo supremo y que debe permanecer para todo momento en nuestra vida a pesar de diferencias con algunas personas.
Un versículo antes dice: el amor sea sin fingimiento, es decir, que no solo digamos que amamos con nuestras palabras sino con nuestra forma de expresarnos y de corregir nuestras diferencias. El amor hacia todos los demás no puede ser un amor hipócrita que ama cuanto le interesa, sino tal y como lo mando Jesús, un amor como lo tienes contigo mismo.
Amemos, perdonemos, cambiemos de actitud, pero que esto permanezca de ahora en adelante en nuestros corazones.
Escrito por Julio Leiva