Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Hebreos 13:15

Somos confrontados a que nuestra vida pueda elevar siempre una alabanza a Dios. Pero qué tipo de alabanza debemos ofrecer?…de dónde debe provenir nuestra alabanza?

El pasaje nos enseña que el fundamento de nuestra alabanza es el sacrificio de Jesús. Es por Él, en Él, con Él, a Él y para Él. El tipo de alabanza que Dios busca es mediante nuestra vida entera, en medio de nuestros quehaceres, trabajo, estudios, etc. Es decir, que nuestra manera de vivir, nuestras palabras y acciones siempre puedan dar como fruto un sacrificio de alabanza, en otras palabras, que nosotros disminuyamos para que Él sea el único alabado.

En este día rinde tu vida a Dios, que tus labios rindan un fruto que confiese su nombre.

Escrito por Natalia Umaña M.