Porque ¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O que recompensa dará el hombre por su alma? Mateo 16:26
El deseo de Dios es que ninguna alma se pierda. Con tantos afanes en la vida, muchas personas le siguen diciendo NO a Dios y con eso le dicen NO a la salvación de su propia alma. Esto es algo muy triste porque para muchos pareciera más importante satisfacer todos los deseos de su carne y se olvidan que todo lo que está debajo del sol es vanidad. Hoy estamos pero mañana no lo sabemos, y el día que el Señor nos llame a cuentas nada nos llevaremos. No importará nuestro status económico, nuestra profesión, si tenemos un físico bien formado, si somos personas reconocidas por la sociedad, si llegamos al matrimonio, si procreamos hijos, si somos los mejores empleados, si tenemos el carro más moderno, la casa más grande, las mejores razas de animales, los mejores aparatos electrónicos, etc etc. Todas esas cosas y más, son muy deseadas por la humanidad; pero no es lo más importante de la vida. Lo más importante es temer a Dios y guardar sus mandamientos porque esto es el todo del hombre.
Grabemos en nuestra mente y corazón que antes de intentar ganar el mundo debemos asegurar que nuestra alma no se pierda, que nuestra alma le pertenezca a Jesucristo y a nadie más. Que nuestra vida a diario dependa de Él y no exista nada que ocupe su lugar. Cuidemos que nuestra alma y las almas de nuestros semejantes no se pierdan al compartirles de Dios. Esto no es vanidad.
Bendiciones,
Vivi