El pastor Ghassan Thomas es uno entre los miles de cristianos que huyeron de Bagdad, la capital iraquí, después de recibir amenazas de islamistas contra su vida y su familia.
Legando a Turquía, asumió una nueva iglesia dedicada a ayudar a los refugiados. “Yo era un refugiado y podía ponerme en su lugar. Yo los entendía”, resume Thomas a CBN News.
Cuando el Estado Islámico (EI) envió a uno de sus hombres a espiar a la iglesia del pastor Thomas, no se imaginaban que iban a perder un soldado.
No se dio a conocer el nombre de este ex terrorista por razones de seguridad, pues su función con los extremistas era ver si había sobrevivientes después de los ataques del grupo en una casa, por ejemplo. “En ese momento, pensé que debía matar. Que tenía que hacer muchas cosas sangrientas sólo para estar más cerca de Alá”, recuerda.
Para el ex yihadista, la sed de sangre es lo que motiva al Estado Islámico. El pensamiento era: “Si usted no es un musulmán, debe convertirse en musulmán. De lo contrario, te vamos a matar y tomar lo que es tuyo: dinero, mujeres y todo.
Esto es lo que está escrito en el Corán”.
También explica que su vida estaba amenazada muchas veces por los enfrentamientos entre musulmanes sunitas (rama al cual pertenece el EI) y los chiíes. Temiendo por su seguridad, su familia lo instó de huir a Turquía. Como buen musulmán, obedeció a sus padres. Luego el EI le pidió que fuera un espía.
Cuando llegó a la iglesia de Thomas, el ex terrorista tenía muchos conflictos internos y sus propias preguntas acerca de Jesús. Pero fue el testimonio de los cristianos que más lo impactó.
“Vi cómo la gente me recibió sin conocerme. Odiaba a estas personas y ellas me mostraron el amor”, recuerda. También dice que fue una experiencia que cambió su vida.
“Cuando ellos oraron por mí, empecé a llorar como un niño. Me sentía como si algo muy pesado había salido de mi cuerpo”, recuerda. Él tuvo dificultades en describir lo que sucedió después: “Cuando el culto terminó, me fui a casa, pero sentí que había una persona que camina conmigo. Él hablaba y yo sentía que ya no estaba en la Tierra”.
En los siguientes días, empecé a leer la Biblia y compararla con el Corán. “Fue allí que descubrí que Dios me estaba tratando de encontrar. Este es el verdadero Dios. Eso es lo que quiero para mi vida”, dijo, el ex terrorista.
El pastor Thomas cree que este testimonio muestra lo mucho que la iglesia carece de trabajadores para este trabajo: “Necesitamos más gente que venga a servir a Dios en Europa con los refugiados, para despertar en ellos lo contrario a lo que hace el EI”.
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