Muéstrame la senda correcta, oh SEñOR; señálame el camino que debo seguir. Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza. Salmo 25:4-5
Para esta semana te quiero animar a que, junto con el salmista, pidas que Dios te muestre la senda correcta que has de andar en tu vida, que El te muestre el camino que debes seguir. El está dispuesto a mostrartelo, que estemos dispuestos a dejarle a El guiarnos y mostrarnos ese camino. El quiere guiarnos con Su verdad y enseñarnos, pues el Dios que nos salva. Es el único que nos puede ayudar y estar ahí en todo momento y situación. Su guía es la mejor guía que tú y yo podamos obtener. Que estos versículos siempre sean nuestra oración y anhelo, y seguro que llegaremos a un excelente destino: El destino que Dios tiene para cada uno de nosotros.
Escrito por: Rebekka Otremba